Historia de un piso 2: La Revenganza

Había pensado simplemente editar el post anterior, pues en principio sólo tenía una anécdota olvidada, pero como me han hecho de nuevas, pues hago continuación. ¡Fiesta!

La anécdota olvidada

Un día, fui a ducharme, y el agua caliente no salía. Fui a la caldera, y estaba apagada. Bueno, puede ocurrir. La enciendo (era de las de gas, con la piedra de mechero para encender llama), me ducho.

Al día siguiente, la mujer me comenta que igual sería buena idea apagar la caldera para ahorrar. Ajam. Curioso. Yo les explico que dado que es de gas, y no eléctrica, eso no es necesario. Vale.

La caldera se apagó misteriosamente cuatro o cinco veces. La última, tras estar diez minutos dándole al puto mechero, vino el señor a preguntarme que pasaba. Le explico que se apaga la caldera, y que si la cosa sigue así se va a romper y habrá que cambiarla entera.

No se volvió a apagar después de aquello.

No tengo pruebas, por supuesto, pero sospecho que simplemente no me creyeron cuando dije que no hacía falta apagar la caldera, y la iban apagando ellos por sus santos cojones.

Novedades

Cuando ya les había dicho que me iba, viene él y me pregunta si el piso está a mi nombre. Otra vez. Le vuelvo a explicar que el piso NO es mío, que es del propietario, que yo consto como la persona que lo alquila. Y él me dice que ah, claro, pero sin papeles ni nada, ¿no?

Deja vú.

Le repito, de nuevo, que hay un contrato según estoy alquilando el piso. Ah, claro, pero escrito a boli, ¿no? Nada oficial.

En serio, que tras aclarárselo varias veces, el tío seguía pensando que yo estaba en el piso pagando en negro, cobrándoles más de lo que tocaba, etc etc. O sea, yo no sé si era un caso de “cree el ladrón que todos son de su condición” o que, pero joder, que pesadez.

Otro día, que si le voy a dejar un par de cazuelas to guapas que tengo yo, que han estado usando non-stop desde que llegaron. Le digo que no, que son mías.

A mitad de mudanza, que si estoy seguro que no se las quiero dejar, que van muy bien. Y yo, que ya sé que van muy bien, por eso las compré y por eso me la quiero quedar.

Cuando ya las tengo a punto de empaquetar, que si estoy del todo del todo seguro. Que a él no le importa quedársela. Que de verdad, que si quiero dejarla ahí, a él no le importa, sin problemas.

Vamos a ver, quedarte MIS cosas no es un favor que me haces A MÍ. No es un sacrificio para ti.

Vale ya.

Pero bueno, el chico se ofreció a llevarme con la furgoneta de su curro, para llevar las cosas grandes, el sommier, el colchón bueno, varias cajas, el ordenador, etc. Muy amable por su parte, dispuesto en cualquier momento, etc etc.

Cuando ya lo habíamos cargado todo, me suelta que el dinero de los muebles que yo dejaba en el piso, que a ver si podía dejarlo para mediados del mes siguiente, que claro, ahora iban cortos.

¿Cómo le digo que no? Tengo básicamente todo en SU furgoneta, si me niego es capaz de decirme que no me lleva, y ya la tenemos jodida. Que ya lo comentaremos otro día, con calma, le dije. Pero de verdad, es el mejor momento para sacar el tema, lo de la posición de poder lo tiene aprendidísimo.

Otro día, mientras estoy montando cajas para llenarlas de los jodidos infinitos libros que tengo maldita sea tengo que comprar menos, me vuelve a insistir en lo de pagar al mes siguiente, y que le recordara cuanto era. “Con el colchón, 200 euros” “¿No habíamos quedado 130?” “… No, habíamos quedado 175 sin el colchón.” “Ah, ya, bueno, pero…” “Te estoy casi regalando el colchón.”

En serio, que intentó rebajar 45 euros así, por la patilla. Genio de las matemáticas. Pero la cosa no terminó ahí, porque cuando le dije que al menos me diera parte del dinero, ni que fuera la del sofá, que no era mío sino del ex-compañero de piso, me suelta “vale, pero arreglamos lo del viaje del otro día y lo descontamos de eso”.

Nuevo momento de parálisis.

Me cobró 20 euros por el viaje en la furgoneta. El viaje que se había ofrecido a hacer sin compromiso alguno.

O sea, no sé, no me importa compensar por favores de estos, pero considerando que se está llevando un montón de muebles, casi nuevos, por bastante menos de la mitad de su precio, IGUAL con eso compensaba.

Y que si me iba a cobrar, haberlo dicho desde el puto principio, joder. Me sigue saliendo más a cuenta que haber alquilado yo una furgoneta, pero lo que me toca los huevos es el puto subterfugio.

Por supuesto, cuando llegó el momento de contar lo que me debían de luz, agua y gas, que estaba domiciliado a mi nombre, me discutieron cada uno de los cálculos, e intentaron que restara unos 70 euros que me habían dado anteriormente, dos veces. En plan “vale, me debes esto” “pero hay que restar los 70, no?” “… ya los hemos restado, es lo primero que hemos restado” “ya, pero, ¿te acuerdas que te di 70?” “… y ya los hemos restado” “sí, pero hay que restar los 70”. En serio, cinco minutos así. Absurdo.

Voy a perder dinero con toda esta mierda, eso lo tengo asumidísimo. Pero por lo menos intentaré perder lo mínimo posible, joder, faltaría más.

Para finalizar: Aparte de las cazuelas, también quería quedarse mi tele de 52 pulgadas y mi ps4. Yo no sé como anda con esos huevazos.

PD: Dado que, una vez me fui yo a mi nuevo piso, a los dos días se estaban quejando de que la caldera goteaba, he avisado al dueño de que este par tienen por costumbre apagarla. Sólo faltaría que se la cargaran por hacer el gilipollas y tuviera que pagar el pato otro (o yo). También me comentó el dueño que le habían dicho que, si se iban del piso, le venderían los muebles a él, así que muy amablemente me he ofrecido a hacerle lista de lo que me han pagado a mí, que esos son capaces de venderlos por el doble. Que no me afectaría, pero ya bastante se han aprovechado de mí.

PD2: Espero no tener que hacer otro post xDD

Historia de un piso

Buenos días queridos lectores.

Vuelvo de mi retiro para nada espiritual del blog, entre otras cosas porque asistiré de nuevo al Festival de Cine de Sitges, y me lo pasé bastante bien el año pasado haciendo mini-reseñas. Para no volver a empezar simplemente con eso, intentaré hacer algunos posts mas.

Dado que, hasta el momento, la mayoría de escritos han sido kilométricos, editarlos y ponerles imágenes para que no se hicieran tan pesados requería bastante tiempo, que podría estar dedicando a otras cosas (como editar vídeos del Dark Souls. Hablaré de eso en el siguiente post). Eso hacía, por supuesto, que también fuera difícil leerlos. Así pues, intentaré a partir de ahora reducir la verborrea a cantidades más manejables, tanto para vosotros, lectores, como para mí.

Dicho esto, para aprovechar el post, y espero que como despedida a los posts largos, porque este lo será, os contaré una anécdota sobre mis últimos compañeros de piso. Esto va a ser puramente para vomitar el rollaco que han sido estos meses, sacármelo de la cabeza y olvidar que ha ocurrido. Podéis ignorarlo, ya que no hablaré de frikadas.

Tl:dr: buscar compañeros de piso es un jodido peñazo. Paso, me voy a vivir solo.

Veréis, hasta ahora yo estaba viviendo con un amigo, yo en una habitación grande y él en dos pequeño-medianas. Tal convivencia duró un par de años, y terminó cuando él decidió irse a vivir con la novia (lo cual tiene todo el sentido del mundo, ojo). Dado que pagar el piso entero se me hacía cuesta arriba, tenía dos opciones. Mudarme, o encontrar otro compañero.

Intenté las dos cosas, pero lo de tener que pagar un mes, más IVA, más gastos de contrato, a las inmobiliarias, es algo que me producía urticaria, así que cuando el dueño del piso me dijo que una pareja de amigos suyos (sus palabras) buscaban piso, y no les importaba compartir, y viendo que se acercaba fin de mes, le dije que se vinieran a ver el piso. Porque a ver, si no lo habían visto antes, no podían saber si les interesaban las habitaciones.

Dos días después, llamaron al timbre. Eran ellos, que habían quedado con el dueño para ver el piso. No conmigo, con el dueño. Y el dueño ni siquiera se presentó. Empezábamos bien, pero yo ya sabía que el dueño era un bala perdida que iba a su bola y que a pesar de no ser, creo, mala persona, no te podías fiar demasiado de él. Repito, no por mala intención, simplemente estaba liado con otros negocios y la mitad del tiempo se olvidaba de cosas. Como mi nombre.

Total, que les dejo entrar. Les enseño un poco el piso, les digo el alquiler por mes, y me comentan que a ellos les habían dicho que igual yo me iba. Les aclaro que había sido una posibilidad antes, pero que mudarme me comportaba un gasto de dinero y esfuerzo (he cargado demasiado de muebles) que no me compensaba demasiado, así que no creía que me mudara en breve. Ellos que vale, pero que sí quería irme, sólo tenía que avisar y ellos se quedaban el piso. Yo, que vale, muy bien, pero que no contaran con ello.

Acto seguido me dicen que si se pueden mudar YA (era día 28), que había venido su madre de visita y en su piso actual estaban muy estrechos. Que su madre se quedaría unos días.

Como soy imbécil redomado, les dije que sí. A ver, a mí no me molestaba demasiado. Hasta les di un colchón para que la madre pudiera dormir en la segunda habitación (el sommier lo trajeron ellos). No cuesta nada ser amable, ¿no? Claro que no. Hasta pagaron el alquiler al momento.

En dos horas lo tenían todo en el piso (tirado por los pasillos, claro), incluida la buena señora, que no hablaba nada de español. Y que, nuevos datos, iba a quedarse DOS semanas. Más una al mes siguiente. O sea, que durante casi un mes íbamos a ser cuatro en un piso para dos. Y esa cuarta persona no pagaría alquiler, porque claro, era la madre y estaba de visita. Pero bueno, mira, yo había conseguido no tener que pagar el piso entero, y ya estaba relativamente satisfecho.

Volvieron a decirme que si me quería ir, que avisara y ningún problema, y yo repetí que no tenía pensado irme. Luego intentaron que los gastos los dividiéramos entre dos, que ahí ya no pase por el aro. No lo iba a dividir entre cuatro, porque mira, no sería tanta diferencia, pero agua, gas y electricidad se iba a dividir entre tres. Faltaría más.

Las siguientes dos semanas fueron bastante irregulares, porque la señora era un total estereotipo de madre, y decidió que la casa no estaba ordenada como tocaba. Llegué al día siguiente para encontrarme que todos los cacharros de la cocina estaban organizados distinto. No mejor, ni peor, realmente. Simplemente, en sitios distintos. Y, por supuesto, como se aburría y no podía estarse quieta, se puso a cocinar, con lo cual tenía los cuatro fogones ocupados y todo lo que no estaba cambiado de sitio, estaba ocupado por comida. Por supuesto, en vez de poner la comida sobrante en tuppers, ponían el cazo entero en la nevera.

Aparte, uno de esos días que llegué a mediodía, tenían una comida montada con varios amigos en el comedor, que ya podría haber avisado para no sorprenderme yo al llegar, pero bueno. Me presentó como el “dueño del piso”, que yo tuve que decirle que no, que yo estaba de alquilado igual que él. Por algún motivo, no pareció hacerme mucho caso.

Durante este tiempo, intentamos con mi ex-compañero de piso hablar con el dueño, porque había que hacer el papeleo según él salía, la pareja entraba, y el tema fianzas, que quedábamos que yo le pagaba la fianza a mi ex-compañero para no tener que mover tanto dinero, pero tenía que haber papeles de por medio. No había manera.

Encima, una de esas noches, la pareja se puso a discutir a gritos. Pero a grito pelado, que tuvo que salir la madre a decirles que a ver que pasaba. Todo fantástico.

Cuando un par de días después, mi ex-compañero consiguió que nos reuniéramos con el dueño, y planificamos el tema papeleo, me comentaron que varios vecinos se habían quejado de la discusión, así que tuve que ir yo a decirles que la próxima vez que tuvieran que pelearse lo hicieran en la calle. Porque yo soy super confrontacional y me encanta hacer este tipo de cosas.

Aparte de eso, el dueño me dijo que no era amigos suyos, que era un chaval que trabajaba para su carpintero. Que le habían dicho que era de fiar, pero que él apenas le conocía y que no ponía la mano en el fuego por él, y que el responsable del piso era enteramente yo.

También se ofreció a, si me daban problemas, echarles. Claro, y entonces yo sería el responsable de echar a la calle a una pareja y una señora de más de 50 años. Super guay.

Aparte de eso, le intenté convencer de que, dado que ahora tenía contrato indefinido, y él tendría tres meses enteros de fianza, no era necesario molestar a mi madre para conseguir un aval (que mi madre vive lejos y si puedo evitar molestarla con estas chorradas, mejor). Tras un poco de tira y afloja, él me suelta que si no podría hacer un aval bancario. Que si no tengo unos ahorros. Tuve que reprimir las ganas de decirle que mis ahorros los tenía él. Eran la fianza. Yo no sé si el tío quería tres meses de fianza y tres de aval bancario o que, pero creí que conseguía disuadirle de eso.

En resumen, quedamos con lo que ya sabíamos, pero que había que hacer los borradores de las modificaciones del contrato. Que las hiciéramos nosotros (que somos expertos notarios, por supuesto). Les pedí a la pareja unas fotocopias del DNI para hacer los borradores.

Tardaron una semana. Tenemos una copisteria en la esquina. A dos minutos.

Antes de eso, les comenté que de fianza tendrían que dar un par de meses (o sea, uno total). Recuerdo que la fianza eran tres meses totales, así que les pedía menos de la mitad, cuando podría haberles pedido un tercio a cada uno.

Que era mucho, me dijeron. Que claro, había venido la madre, y había tenido mucho gasto. Yo que, de nuevo, soy un penas, le dije que mira, por lo menos un mes, pero que algo de fianza tenían que dar. Me pidieron que si podía esperar a fin de mes, a que cobraran, y tras otro tira y afloja, accedí.

Ya estaba mosca de base, pero en serio, si no tenían para pagar medio mes, ¿cómo habían pensado pagar tres meses enteros de fianza, más el de entrada, si yo no me hubiera quedado?

Pero bueno, pidieron perdón por los gritos, lo cual ya es algo, ¿no?

Cuando por fin tuve los DNIs y pude hacer los borradores, les dije a la pareja que pronto tendríamos el tema contrato solucionado, ya que me habían comentado que la chica lo necesitaba para unas gestiones.

En ese momento me dijeron que si era posible que en el contrato sólo apareciera ella.

Me quedé paralizado. No entendía que coño ocurría. Al parecer, ella tenía un par de hijos en Bolivia, y se los quería traer. Para ello, necesitaba un piso donde tenerlos, y según ellos, ser la única que aparecía en el contrato.

Cualquiera pensaría que eso es algo que se comentaría al empezar. No cuando ya llevas dos semanas instalado. No sé, digo yo. Que me estaban pidiendo que estuviera de ilegal en mi propio piso, joder. Y si venía un inspector a ver el piso para traer a los niños, ¿qué le habrían dicho? ¿Qué estaba yo de visita?

A ver, que en otras circunstancias igual se podría haber arreglado algo. Pero llevaban ya tiempo mareándome la perdiz, y yo empezaba a estar bastante harto, así que les dije que no, que el dueño quería que todos los que vivieran ahí estuvieran en contrato (que era cierto, lo había dicho), y que yo quería estar también en papel, para poder estar empadronado, y poder presentar declaración de hacienda (lo cual también lo es, nunca creí que tener que hacer la declaración me serviría de argumento).

Dado que no podían quedarse el piso entero, y yo me negaba a salir del contrato, dijeron que se buscarían otro piso. Pero la cosa es que ya casi estábamos a finales de mes, así que se quedarían también el siguiente. Vale, el mes siguiente era agosto, y no iba a encontrar a nadie para entrar entonces, así que por mí bien.

Intenté comunicarle esto al dueño, que no hizo caso. Mientras, mi ex-compañero seguía sin recibir su parte de la fianza, porque claro, sin papeles yo no iba a ir repartiendo pasta. Cuando por fin conseguí hablar con él, que sí, que claro, en 24 horas tenía los papeles listos para arreglar lo de la fianza, y que para un mes tampoco hacía falta que hiciéramos nada con la pareja. Y que ya hablaríamos de lo del aval. Y yo, que qué aval. Que ya hablaríamos, me dijo.

En esas que viene la chica, y me dice que están teniendo problemas, que ella se buscaría una habitación en otro piso y él se quedaría como habíamos quedado. Yo voy a hablar con él, y es la primera noticia que tiene, y que si ella se va él no sabe que hará, porque el alquiler era mucho para él solo, y claro, que si le podía alquilar solo una de las dos habitaciones, a lo cual tuve que repetirle, de nuevo, que yo no estaba alquilando nada, no era el propietario, el propietario era el otro, que estaba alquilando el piso entero, no la habitación, y que sí no la pagaba él tenía que pagarla yo, y que ni de coña.

Entramos a mes, la chica no se va pero tampoco me confirma que se quede, así que les pido la puñetera fianza. Que sería por un mes (dos, ya), pero leñe, fianza. Que ostras, claro, es mucho dinero, y si tienen que encontrar otro piso, que si patatín que si patatán. De repente, me sueltan que claro, si sólo están alquilando la habitación, no necesitan fianza.

Momentazo, oye. Les tuve que decir, primero, que por habitación si se pedía fianza. Siempre se pide fianza. Y segundo, que no estaban alquilando una habitación, estaban alquilando medio piso. Ellos que no lo sabían, creían que estaban sólo en habitación.

En serio, el dueño dijo piso. Yo dije piso. ELLOS DIJERON PISO. Diablos, creían que entrarían a coger el piso entero, y de repente no, era sólo habitación. Hasta llegaron a soltarme si el dinero era para el dueño o para mí, que estuve a punto de tirarles una sartén a la cabeza.

Que me lo darían a mitad de mes. Que si se lo devolvería justo cuando se fueran. A lo cual tuve que decir que no, que la fianza se queda para pagar las facturas, y lo que sobre se lo mandaría. Que buf, que uf, que claro, porque hay que encontrar piso nuevo, que si les puedo devolver una parte enseguida y luego ya si falta, les avise. Total, que quedamos que de la fianza me quedaría “sólo” 150 euros (querían dejar sólo 50, me negué).

Vamos pasando el mes, yo voy buscando gente por otro lado, parece que hay una chica interesada, aunque le iría mejor entrar en octubre que en septiembre. Guay.

En vez de la fianza, me pagan los gastos hasta el momento, y los 150.

Se acerca fin de mes, y que claro, no han encontrado nada (PORQUE ES AGOSTO), que se van a quedar otro mes (no preguntan si se pueden quedar. Dicen que se van a quedar). Pero que no pueden la fianza, porque claro, gastos, y piso nuevo.

Yo ya estaba harto del todo, pero sigo siendo yo, así que bueno, que vale, pero el 30 de septiembre tenían que largarse, porque vendría quien fuera que viniera y quería tener el piso libre. Me dieron su palabra. Pero no su fianza.

Vuelvo a hablar con la chica, que me pregunta cuantos somos en el piso de estudiantes. Jodida, ahí hubo claramente un error de comunicación. Le digo que no es un piso de estudiante, es compartir piso conmigo, y que entiendo perfectamente que deje de interesarle la cosa. Me lo confirma. A ver, en serio, si sois estudiantes jóvenes, OBVIAMENTE no vayáis a vivir un desconocido de más de treinta años. Yo había dado por hecho que era mayor, pero lo que tiene comunicarse por twitter.

Total, que ya estaba hasta los putos cojones de toda esa mierda. El piso tiene sus cosas, pero mi habitación es enorme, la tenía como quería, estaba cerca de amigos y bien comunicado para llegar al trabajo. Pero hasta aquí.

Encontrar nueva gente iba a ser un suplicio. O me tocaría algún estudiante, que en junio se iría y tendría que repetirlo todo, o volvería a encontrarme con gente que no pagaba fianza, e irme a trabajar cada día con el miedo de volver y encontrarme que se han ido y se lo han llevado todo no es algo que me apetezca (al parecer es algo que le ocurrió al dueño en ese mismo piso, que los anteriores inquilinos se le llevaron hasta los enchufes). Por no hablar que el propietario parecía convencido de querer que yo avalara el piso entero, arriesgando mi dinero contra lo que pudieran hacer otros. Y, de base, vivir con absolutos desconocidos es algo que ya me toca mucho la moral.

Pues nada, voy a la pareja y les digo que venga, ellos ganan, me piro y que se queden ellos el piso, que lo hablen con el dueño (yo le avisé por mail y wassap de que me las piraba, pero no voy a hacer más) para las condiciones y demás. Momento en que sale que el dueño les había dicho que no se acordaba cuanto me cobraba, y ellos estaban convencidos que les había estado cobrando de mas todo este tiempo.

Si no quemo el piso con todos dentro antes de irme, será un milagro.

Total, que me voy a vivir a un piso de mierda, que me sale más caro, en la quinta puñeta, alejado de todos y con dificultad para llegar al trabajo.

Pero viviré solo y me ahorraré estas mierdas. Valdrá la pena.

Espero.

Como mola vivir en Barcelona.

Conclusión: soy un imbécil y la gente se aprovechará de eso el resto de mi vida.

Siento el rant. Juro que no volveré a hacer posts tan largos.

Espero.

¡Empezamos!

Bienvenidos a mi humilde morada.

Se me ha hecho notar que tiendo a leer/ver/jugar/escuchar una enorme cantidad de material de entretenimiento, parte de la cual podría llegar a considerarse, como algunos dirían, “puta mierda”.

Dado que no soy demasiado cruel, sólo suelo recomendar a mis amigos y conocidos aquello que considero que les puede gustar. Se me ha llamado “sommelier friki” por ello (vale, ocurrió una vez, pero no he mentido).

Con este blog, son tres mis intenciones:
– Destacar aquellos diamantes que puedan quedar escondidos en el montón de escor… en el alud de nuevas opciones que aparecen cada día.

– Señalar la mierda gorda para que corráis en dirección contraria.

– Verborrea.

Por supuesto, todo lo que aquí se diga será puramente subjetivo y estoy perfectamente abierto al debate educado en caso de que no estéis de acuerdo.
Si el debate no es educado procederé a ignoraros.