El Puente de los Espías

Gran película.

Nueva obra de Steven Spielberg, protagonizada por un fantástico Tom Hanks, acompañado de un terriblemente carismático Mark Rylance como espía ruso. Basada en una historia real de esas de verdad.

Argumento

En plena guerra fría, el FBI consigue capturar a un espía ruso, al que hay que juzgar según las propias normas americanas. Como no tiene abogado, le ponen a uno de oficio, y eligen a un abogado de seguros, porque por supuesto. Este intentará hacer su trabajo, pero tiene al país en contra, y el juicio es puro teatro, la condena está decidida incluso antes de empezar. A pesar de ello, consigue convencer a los jueces de que no lo ejecuten, solo lo encierren, con la idea de que quizá en un futuro necesiten a alguien con quien hacer un intercambio con los rusos.

Por supuesto, eso ocurre. Un piloto americano es derribado y capturado en territorio ruso. Dado que los gobiernos no pueden negociar, ya que creen que eso les haría parecer débiles, cogen al abogado este y lo mandan de misión secreta a Berlín a ver si se puede llevar a cabo la transacción de tapadillo.

Todo esto en mitad de la construcción del desgraciadamente famoso muro de Berlín, así que la cosa se complica a tres bandas.

Opinión

Lo dicho al principio, gran película. Spielberg nos vuelve a presentar una fantástica obra de dirección, y a Tom Hanks se le nota la experiencia, que lleva ya muchos años actuando y sabe como llevar las cosas a buen puerto. Y me gustaría reiterar lo increíblemente bueno que es Mark Rylance. De verdad, el mejor personaje de todos, el espía ruso. Indudable.

Una de las cosas que más me gustó, es que la película no es patriótica en absoluto. Habría sido muy fácil caer en el típico “America, fuck yeah!”, y hacer que los yankis desde el principio fueran buenos, y los rusos y alemanes malvados monstruos. En cambio, nos muestra que son todos un hatajo de cabronazos irracionales, vengan de donde vengan. Sobretodo en esa época de paranoia, espionaje y a ver quien se había puesto más purpurina en la polla.

No me gustan los político-militares incapaces de ver más allá de sus jodidas narices, ¿qué le voy a hacer?

No tengo mucho más que decir aparte de que, si tenéis un rato libre y la echan en algún cine cercano, aprovechad, porque vale mucho la pena.