Blackbirds, o el ser desagradable hecho libro

Blackbirds es el primer libro de la saga “Míriam Black”, obra del escritor Chuck Wendig, al que podéis seguir en su blog Terrible Minds, o en su twitter, @ChuckWendig . Publicados actualmente tiene, además, Mockingbird y The Cormorant, y está previsto que el cuarto, Thunderbird, salga en 2016.

Dicho esto, habiendo leído solo el primero y con ciertos matices, no recomiendo esta saga. Me explico.

Blackbirds, y entiendo que el resto de libros también, está protagonizado por Míriam Black, una joven que tiene el poder de ver cuando alguien va a morir. Si te toca la piel, tendrá una visión de los últimos momentos de tu vida, en variable detalle.

Esta muerte es, al parecer, inevitable, pues cada vez que Míriam ha intentado detener una, ese hecho era el que acababa provocando la muerte, en un giro irónico que todos nos veíamos venir.

Bromeo, pero la premisa era bastante interesante. Aunque se ha hecho antes, el poder de prever la muerte siempre es una temática atractiva, y tras haber elido varios artículos de Wendig sobre actualidad y dando consejos sobre como escribir, tenía mucha curiosidad por esta obra (esto fue antes de leer Aftermath).

Madre del amor hermoso, que desagradable es la forma de escribir de Wendig en este libro.

Hace tiempo leí un artículo del mismo donde defendía que cada autor debía escribir como le apeteciera, poniendo palabras malsonantes si ese era su deseo. Que era el lector quien tenía que elegir si leer o no ese libro, no obligar al autor a cambiar su método para adecuarse a los gustos de un lector. Que es perfectamente lógico, ya que lo que le gusta a una persona produce el efecto contrario en otra, así que por supuesto que estaba de acuerdo con él. Y lo sigo estando.

Y, como lector, he llegado a la conclusión que no me gusta para nada esa forma de escribir, y es bastante poco probable que siga con la saga.

Argumento

Miniar Black viaja por la vida como una nómada carroñera. Usando su poder el mínimo posible, descubre cuando alguien va a morir y se dedica a robar la cartera a los cadáveres, o a vivir en la casa del mismo hasta que se descubre el hecho.

No es una vida agradable, ni especialmente inteligente. Cierto es que, siendo muertes naturales aquellas alrededor de las que centra sus actividades, apenas nunca se produce una investigación policial exhaustiva, pero solo hace falta conectarla con un par de escenas para empezar a montar un caso en su contra.

Como sea, es la vida que ella elige. O su autor le hace elegir, no vamos a entrar en mundodesofiadas.

Por supuesto, la acaban descubriendo. Solo que no la policía, sino un delincuente de poca monta que le hace chantaje, el cual es perseguido por un par de asesinos psicópatas que quieren recuperar algo que ha robado. Al mismo tiempo, a Míriam le caerá en gracia un señor que va a morir en una semana y se sentirá muy culpable por todo.

Es pura diversión esta historia.

Opinión

No estoy muy seguro de si Míriam me gusta o no. Algunos aspectos me parecen muy bien conseguidos, y hasta puedo entender que teniendo ese poder acabe bastante tocada. Pero tiene una actitud derrotista y depresiva, y acaba en una relación abusiva con el delincuente porque considera que “se merece lo que le pase”, lo cual no es sano en absoluto. Hacia el final del libro da la impresión que consigue superar un poco esto, ¿pero quizá no del todo? No me quedó nada claro si había aprendido algo útil durante el viaje.

La cuestión es, lo dicho, ENTIENDO porque Míriam es así. Pero tener al protagonista de un libro decir CONSTANTEMENTE “el mundo es una mierda”, acaba haciéndose bastante pesado.

Y si solo fuera “el mundo es una mierda”, todavía. Pero siendo este autor, seguramente lo escribiría como “la esfera podrida y contaminada en la que vivimos, repleta de parásitos que acortan su existencia a base de devorar sus entrañas y se hacen llamar humanos, es una horrible y apestosa montaña de humeante defecación llena de gusanos reptantes”.

Lo siento, lo he intentado, pero no me sale nada tan desagradable como la forma de escribir de Wendig. Lo que acabo de poner es flores y unicornios en comparación.

En serio, estuve a punto de dejar el libro después que usó el verbo “regurgitar” para describir gente saliendo de un autobús.

Una cosa es escribir duro y sin tapujos, y la otra es hacerlo como un adolescente que quiere desafiar a unos padres que le prohíben decir palabrotas. Me da la impresión que se esfuerza muchísimo en ser desagradable en el libro, y no me parece que sea la mejor cosa en la que uno deba esforzarse.

La historia ES buena. Los personajes son interesantes. Aunque se nota a veces que la protagonista es “personaje femenino escrita por un hombre”, no es nada demasiado horrible (desde mi punto de vista de género masculino). El poder de Míriam y su origen es intrigante. Los flashbacks y la acción enganchan. En otras circunstancias, habría terminado el libro con muchas ganas de coger el siguiente.

Pero el mal cuerpo que me deja la forma de escribir del autor elimina casi del todo esas ganas.

Conclusión

Dadle un tiento si queréis. Si tenéis un estómago más resistente que el mío, es muy probable que os guste bastante.