Semana Star Wars: Episodio II – El Ataque de los Dittos

Han pasado diez años desde los eventos del primer episodio, así que al niño lapa ya le han bajado los huevos y le tiene unas ganas a Natalie Portman que no se las aguanta. Podría decir ya que se llama Anakin, pero es que su actitud sigue siendo de niño lapa, así que ahí queda.

Ahora Amidala ya no es reina, es senadora, que es currar menos y cobrar más, a diferencia de en la vida real, donde ninguno curra de verdad y lo cobran todo. La galaxia está hecha polvo y se están dando todos de puñetes. Alguien intenta darle pasaporte a Amidala, así que los jerifaltes Jedi mandan a Obi-Wan a investigar quien lo ha encargado, y al niño lapa a proteger a la chica.

Considerando que los Jedi tienen prohibido el follar (norma estúpida de base), igual mandar al adolescente hormonado que está colgado de ella desde hace DIEZ PUTOS AÑOS es mala idea. Ahí no vieron mucho el futuro esta gente, no. Pero tampoco podían mandar al niño lapa a investigar cosas, que muchas luces tampoco tiene.

Obi-Wan hace su trabajo detectivesco de puta madre y acaba encontrando al responsable del atentado, el cazarecompensas Jango Fett, en un planeta oceánico y tormentoso donde hay una fábrica de clones, que están haciendo un ejército de los mismos basados en el pavo ese, por encargo en principio del consejo Jedi. Obi-Wan les pone un skype a sus jefes y les pregunta, y estos se flipan, le echan un vistazo a los presupuestos y que no, que ahí no pone nada.

Pues resulta que era todo un plan del malo, llevado a cabo con la ayuda de Jango y del Conde Dooku, interpretado por Christopher Lee, que ya tenía experiencia siendo Conde. Obi-Wan les encuentra organizando otro ejército de droides, porque la primera vez funcionó tan bien, pero es capturado.

Dejando un momento aparte a Obi-Wan Holmes, tenemos que Anakin y Amidala han tenido varias escenas romanticonas escritas por alguien que no sabe de romance, cuando el niño lapa ha empezado a tener visiones de su madre siendo torturada. Como Amidala es maja, agarran una nave y se van a su planeta natal a ver que pasa.

Resulta que sí, la madre ha sido secuestrada por una tribu del desierto, y está siendo torturada porque… razones. Anakin se flipa y se los carga a todos sin pestañear. A partir de ahí, decide que lo de morir es una puta mierda, porque hasta ese momento, no sé, molaba o algo.

Luego van a rescatar a Obi-Wan pero son capturados porque la inutilidad.

Mientras Obi-Wan y Anakin están en plan “pues mira, que igual palmamos y todo” y Amidala está a punto de liberarse ella solita porque no le pesa el pene, llega el ejército de clones a liar la marrana, liderados por el peluche, que les llega a todos a la rodilla, y Samuel L. Jackson, que se pule a Jango como quien lava.

Obi-Wan y Anakin van a enfrentarse a Dooku, pero son unos penas y los deja hecho polvo, cortándole el brazo a Anakin y sellando así el destino de los Skywalker a perder miembros. Luego viene Yoda, el peluche, y se pasea a Dooku con la minga, porque es pequeñito y es difícil darle, y el Conde sale por patas.

Salir por patas es deporte galáctico.

Dooku se vuelve a casa a pesar de no ser Navidad, y le entrega planes para una superarma del cagarse al malo, que dice que todo va según lo previsto, porque es un malo de esos que pase lo que pase todo va según lo previsto. Que es un bocas, vamos.

Anakin se pone un brazo biónico, que debería darle +10 de carisma, pero como estaba en -15 no ayuda mucho. Amidala accede a casarse con él, supongo que porque el brazo tiene función vibrador, porque esos dos tienen química cero.