Semana Star Wars: Episodio IV – Una Esperanza de hace 30 años

Esta es la primera película que se emitió, allá por la prehistoria. Alguien se lió a la hora de contar. Pero bueno, salió bien, así que p’alante. Esta me va a costar más, que en las tres anteriores los chistes se escribían solos.

Empezamos con las letras al infinito, explicando un poco lo que ocurre en el mundo (que, según tengo entendido, es una terrible forma de hacer exposición, pero meh). La galaxia se ha ido al traste. La república ahora es el Imperio, como ya comentamos, y el senado es una marioneta del Emperador, porque no es como si lo llevara en el nombre. Por ahí corre la Resistencia, resistiendo.

La princesa Leia Organa (haceos a la idea que para entonces no sabíamos todo lo anterior), colaboradora de la Resistencia, lleva encima los planes de la superarma del cagarse que tenía Dooku, suponemos que actualizados, que han pasado unos veinte años in movie (o igual no, que corren teorías por ahí sobre la relatividad y el paso del tiempo y a quién le importa).

Pero su nave es asaltada por tropas imperiales, y ella es capturada por el malvado y absurdamente carismático Darth Vader. ¿Anakin Skywalker? ¿Quién es ese? El niño lapa no tiene nada que ver con este señor. Nop. Ni hablar. Este tío mola demasiado para provenir de semejante mastuerzo de personaje.

Antes de ser capturada, Leia consigue esconder los planos dentro de R2-D2, y lo manda con C-3PO a Tattoine (toda esta gente está también en las precuelas, pero meh), para que localicen a Kenobi y le pidan ayuda. Les sube a una capsula de salvamento, y a volar. Es curioso porque los imperiales ven la cápsula, pero como no tiene señales de vida, y es una constante no tener consideración por los droides, a pesar de tener unas I.A.s del cagarse, que tienen sentimientos, joder… ¿Qué decía? Ah, sí, deciden no destruir la cápsula porque no detectan nada en ella. ¿Os imagináis que no hubiera estado el imperial con la obsesión de ahorrar munición ahí? Se termina la trilogía.

Venga, que me enrollo. Los droides llegan al planeta, y por casualidad (la Fuerza, digo yo), son rescatados por ningún otro que el mismísimo Luke Skywalker, que es un adolescente… bueno, un adolescente. Quiere estar con sus colegas jóvenes, y dejar la casa para irse a la ciudad que es donde está todo lo que mola (en este caso la ciudad es salir del puto planeta arenoso), y fumar porros y drogarse, que es lo que hacen los jóvenes.

Por accidente, Luke ve parte del mensaje de Leia, y siendo que ha visto pocas jovencitas, tiene un empalme instantáneo (que en su momento no pasaba nada, pero ahora estamos todos corriendo en círculos y gritando INCESTOOOOO).

R2-D2 se pira a encontrar a Kenobi, y Luke le sigue, estando a punto de morir a los cinco minutos. Pero aparece el viejo loco de las montañas, Ben Kenobi, y le salva. Este se revela como Obi-Wan, que no es que hubiera que revelar mucho, y le explica a Luke lo que pasó al final de la República… pero así como con pocas ganas.

En plan, que le dice que el padre de Luke, Anakin, era super colega suyo, y un gran guerrero, y que Darth Vader lo traicionó y mató. Que vamos, que fuera tu colega vale, Obi, pero todo el resto es una trola como un planeta. Y luego le da el sable laser, sin comentar que se cargó a treinta niños Jedi y masacró un pueblo entero con él. Que esto último lo hizo como a 200 metros de ahí. Kenobi tío. Que una cosa es lo de Papá Noel y otra esto.

Bueno, se ven el mensaje entero, y Kenobi le dice a Luke que si se quiere ir con él de aventuras. Luke al principio dice que no, que tiene que volver a casa con sus tíos (¿pero tú no querías irte?), pero eso se soluciona porque ahora sus tíos son montoncitos de ceniza tras el paso por su casa del Imperio, que se habían molestado en pegar fuego a los cadáveres, cuando normalmente un laserazo de esos simplemente te deja un agujero. Asuntos familiares arreglados, y como tampoco había herencia para mantenerle, Luke se apunta al viaje.

Contratan a un contrabandista llamado Han Solo, que es así como un poco un bastardo. Viene una cobradora del frac a pedirle el dinero que debe, y Solo le pega un tiro sin avisar. Que de hecho, la cobradora quería cargárselo también, ojo, y Solo la mató de forma preventiva, pero está ahí ahí en la linea entre defensa y ser un cabrón. Bueno, Solo va con un primo Cosa gigante llamado Chewbacca que es un peluche super majo que te puede arrancar los brazos como le levantes la voz, y con una nave llamada Halcón Milenario, que está super hecha polvo. Imaginaos que cuando la construyeron se llamaba simplemente el Halcón.

Cuando llegan al planeta de destino, resulta que no hay planeta. Y no es que lo hayan perdido, o se haya ido a por tabaco, es que el Imperio, usando la Estrella de la Muerte que ya tienen construida, lo ha petado así, sin despeinarse. Al jefazo mayor de la nave le dijeron que no había huevos de cometer genocidio (¿planeticidio?), y se lo tomó muy a pecho.

El Imperio captura la nave de nuestros “héroes”, pero estos consiguen escapar por dentro de la Estrella. Rescatan a Leia, que había superado todas las sesiones de tortura física y mental porque heredó la parte badass de Amidala, y son tan ídolos que acaban todos metidos en un compactador de basura y les tienen que salvar los droides. Bueno, les salva R2-D2, que es algo que hace muy habitualmente y no le damos bastante reconocimiento, mientras C-3PO se queja… de todo.

Mientras, Vader y Kenobi tienen un duelo a espada, pero así con calma, que el actor estaba anciano. Cuando ve que el resto están a punto de escapar, y cansado de la próstata, Kenobi se deja matar. Su cuerpo desaparece y solo quedan ropas en el suelo. Si esto fuera Star Trek, igual sería que le han teleportado en pelotas, pero no, que se ha muerto y le daba palo ensuciar el suelo.

Consiguen “escapar” en el Halcón Milenario, pero llevan un dispositivo de seguimiento y el Imperio les sigue hasta la base de la Resistencia. Son un poco inútiles.

Los rebeldes, con los mapas de la Estrella, ven que hay un pequeño agujero que conecta con el núcleo central, y que si disparan ahí será como cerrar la mano sobre un Trueno. Algo de luz y muchos trocitos saliendo volando. Los arquitectos del Imperio eran de la familia Calatrava.

Luke se une al escuadrón de ataque, mientras Han se pira tras haber cobrado. A los rebeldes les dan una paliza de órdago, y están a punto de perder, cuando Han vuelve porque en el fondo es buena persona. Muy, muy en el fondo. Y solo con sus amigos. Su intervención se carga el motor del buga de Vader, que acaba volando por ahí a la deriva. Yo vería un Robinson Crusoe espacial con Vader hablándole a un coco.

Tras varios pases por encima del agujero, y un intento fallido, todo depende de Luke. Vamos, de buenas a primeras, estamos jodidos. Pero la voz fantasmal de Kenobi viene al rescate, y le dice a Luke que confíe en la Fuerza. Luke, que supongo se había fumado uno de sus petas de jóvenes antes de subirse a la nave, no se cuestiona las voces en su cabeza, apaga los aparatos, y dispara a ciegas. A ciegas con la Fuerza.

Pues le da y todo. Joder con la Fuerza. Ahí, ayudando a cometer OTRO genocidio.

Que no digo que no fuera mala la Estrella de la Muerte, que había que destruirla y todo eso. Pero que ahí murió mucha gente, ¿eh? Que sí, que en el planeta también, pero un genocidio no justifica otro. Que han ganado, pero algo de remordimiento no estaría mal. Pero esta es la parte que hereda de su padre, que ya de pequeño disfrutaba siendo un asesino de masas.

Al final hay un ceremonia de entrega de medallas a los protagonistas, porque motivos. Que en la batalla hubo mucha gente, ojo. Que sí, Han Solo vino al final y ayudó, pero otros estuvieron ahí aguantando desde el principio, y no están en el podio. Pero bueno, son los protagonistas y yada yada yada.

A pesar de las críticas, esta película es más entretenida que las tres precuelas juntas.